Tú que llegaste por casualidad

Empezaré confesando que no sé cómo empezar, que nunca encontraría un buen principio para una noticia como esta. Nunca se me han dado bien los titulares, siempre he sido más de cuerpos y desenlaces, pero hoy vengo a contarte que no he podido resistirme a escribirte, porque mis dedos tienen demasiadas cosas que contarte.
Quiero decirte que me perdería en los siete pecados capitales de tu cuerpo todas las mañanas de este mes de diciembre, y de todos los que vengan detrás, y que encontraría las 7 maravillas del mundo esculpidas entre tus huesos todas las noches que me dejaras. No hay mayor premio de lotería que despertarme contigo entre las sábanas de tu cama, ni mayor cordura que rozar la locura soñándote si duermes a mi lado. Porque, mi amor, haces que pierda el sentido de la realidad y, al mismo tiempo, que encuentre el sentido de las cosas verdaderamente importantes al abrazarme por detrás cuando me enfado. Eres la palabra que nunca encuentro, el sentimiento que creía que no existía, pero que sí existe y la emoción que nunca había sentido. Eres las caricias que no me habían dado y los besos que sólo se prueban en tus labios. Eres el proyecto que nunca tuve, y el sueño que no me robaron. Eres tú, y por ser tú, todo ha sido diferente.
Por eso, cariño, te quiero. Porque sabes ser el complemento perfecto para ponerme y salir siempre con una sonrisa a esta fiesta que llamamos vida. Porque eres todas esas frases que nunca acabaron de encajar, y que ahora son evidentes cuando te miro, porque eres el significado de todos los versos de amor que fueron escritos por Neruda alguna vez. Sin embargo, contigo no me hace falta descifrar tus líneas, porque la sinceridad, la transparencia es la octava maravilla que me brindas cada día. Y habrá más, estoy convencida. Gracias. Te has dado cuenta ya, ¿no? Me permites volar, y desde arriba todo se ve mejor. Me pones alas y me rompes las cadenas que tenía. Consigues convencerme sin que sea necesario hacerlo, porque no hay mejor lugar en este mundo que a tu lado, ni mejor deseo que vivir la vida contigo. 
Gracias. Por las alas, por la confianza, el amor, y la paciencia con la que me quieres. Consigues que sienta que tú eres la elección más acertada de mi vida. 

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