Reír será un lujo que olvide cuando te haya olvidado

El cielo se partió en ese momento. Me di cuenta de que no había razones para seguir y que mi mala suerte me había dejado caer ante ti. Y yo que te seguía como un punto final a cada frase muerta, desarmada con cada mirada, con cada tres palabras envenenadas que escupían tus labios en mi oreja, emponzoñada, envenenada de ti... Hasta que crujió mi corazón. Muerto por cada hora que se escapaba sin saber de ti, destrozado de las costuras, de las heridas de rabia líquida, acostumbrado a acurrucarse entre las costillas, hostil, muerto de frío, triste y cansado. Y vivo sin vivir en mí, que me duele el corazón, y no como a quien le duele la cabeza, más bien como embriagado de cerveza, borracho, tembloroso y asustado, queriéndote y sin querer entender que ni me convienes ni me mereces. Y yo que siempre he sido de escucharle a él, por una vez tendré que hacer caso de mi conciencia y alejarme, dejarle ir y volver a mi cordura, vivir en la locura.

Comentarios

Entradas populares