Amar es la mayor locura a no ser que se ame con locura.

Todos son diferentes, todos pueden ser el definitivo, el que te ilusione hasta el punto de no necesitar ni respirar. Eso piensas cuando les conoces, son adorables. Unos altos, otros bajos, unos con el pelo más oscuro que la noche y otros con esos reflejos dorados que despuntan al sol. Quizás hasta tengan los típicos ojos azules que llegan al corazón en una mirada. Irás entrando poco a poco en sus mundos, en sus pequeños corazones. Pensarás que por fin lo has encontrado, justo cuando menos te lo esperabas, ha aparecido y ha llenado incondicionalmente ese hueco que había dentro de ti, ahí al ladito del pulmón izquierdo. Correrán días felices, puede que acompañados de lluvias que os obliguen a abrazaros para no tener frío, a lo mejor son días soleados y podréis ir a pasear por la playa, o por los caminos perdidos de la ciudad. Te llevarán en su coche, te pondrán la música muy alta, puede que tengas la suerte de que te ponga alguna de tus canciones favoritas. Haréis locuras, yo que sé, puede que te lleven a lugares bonitos, que te sorprendan con flores o con cualquier otra tontería. Se harán dueños de tu ser, de todo tu tiempo, de tus sueños, de tus pensamientos y de ellos dependerán tus taquicardias. Joder, hasta admito que suena demasiado bien, yo misma firmaría por tener algo así y me entregaría a ello todos los días, y por supuesto todas las noches. Pero la experiencia te hace aprender, todo el mundo lo dice y nadie se lo cree hasta que lo vive, y es verdad que el error es la mejor forma de aprender. Te dejarán mensajes diciéndote que te quieren mientras lo copian y lo pegan a otras chicas. Estarán pensado en otras mientras te desnudan, te hará pensar que no hay nadie más y sus palabras empezarán a ser las de un autómata. Tendrán sonrisas para dar y regalar, les sobrarán, te harán reír y disfrutarán haciéndolo, pero nunca compensará con lo que te harán llorar. Aún así, no te voy a decir que no te enamores, que no vale la pena, que te harán y te harás daño, aunque todo eso es inevitable. Te animo a hacerlo, y de verdad, hasta el fondo, cuantas más veces mejor. Esas putas mariposas que aletean en nuestras barrigas son nuestra razón de vida, son las que nos hacen levantarnos cada mañana y ponernos guapas, las que nos hacen sonreír por las pequeñeces del día a día. De cada fracaso aprenderemos, nos divertiremos, reiremos de nuestros errores y los volveremos a cometer, caer y levantarse es la mejor filosofía, la que nos hace intentar superarnos, la que hace cada aventura, cada amor diferente.

Comentarios

  1. Sinceramente, pienso que tienes toda la razón.
    Nos hacen sentir especiales, únicas, hasta que nos rompen el corazón en miles de trozitos.
    Cuando olvidas, te pones a pensar en qué hiciste mal.
    Pienso que en esos casos hay que pensar en lo bueno que te hizo vivir, y ver por qué se acabó, para aprender de ello.
    Me ha encantado el texto.
    Un beso !

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Por supuesto, aprender de todo lo que hacemos, ''caer y levantarse es la mejor sabiduría''.
      Gracias por pasar :)

      Eliminar
  2. Somos objetos para ellos, y ellos para nosotras tesoros.
    Me encanta tu blog. un beso :)

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

Entradas populares